Varios medios alicantinos nos despertaban esta mañana con la aprobación definitiva de la Ordenanza Municipal destacando, como «novedad» y medallita, que por primera vez se regulaba la entrada de los perros en las playas del municipio (No específicas de canes). Según rezan en el artículo 29 puntualiza que “salvo en aquellas expresamente autorizadas para perros, queda prohibido el acceso de todo tipo de animales a la arena de las playas durante todo el año”, los perros podrán acceder en el período comprendido entre el 1 de noviembre y el 1 de marzo, siempre respetando las medidas de seguridad y sanitarias, es decir, IRÁN SUJETOS, con bozal si fuera necesario, y se recogerán los excrementos que produzcan”.

Los enlaces de la noticia han corrido como la pólvora por las redes sociales celebrando y aplaudiendo la iniciativa.

NOS MIENTEN PERO NO CUELA


Es Mentira que no se contempalara hasta ahora la entrada de los perros en las playas. El acceso de los perros a las playas está regulado y PERMITIDO, fuera de la temporada de baño, dícese del 1 de noviembre al 1 de marzo, desde que Alicante es Alicante, para ser más precisa desde 2008.  Así lo dice la Ordenanza Municipal de Playas y Calas del término Municipal de Alicante en su artículo 40. Cito textualmente:

«Con carácter general, queda prohibida la presencia de animales en las playas y calas, dentro de la temporada de baño, a excepción de los perros destinados a salvamento o auxilio, y los de asistencia a personas necesitadas, cuando las circunstancias así lo aconsejen. »

Que no nos vendan que avanzamos porque no es así, seguimos igual o si acaso, si nos ponemos puntillosas, hasta podríamos decir que retrocedemos porque en la ordenanza de Playas y Calas de 2008 no especificaba nada de la sujeción del perro y en la actual de Animales deja bien clarito que el perro de correr suelto por la arena, nada de nada.

También es contradictorio que prohiban la entrada a perros «no socializados» y a la vez dificulten al máximo la socializción tanto en el entorno humano como en el natural obligando a llevarlos siempre con correa, que debe ser uno de los utensilios que más compromete a los perros a la hora de una correcta comunicación y por lo tanto socialización.


Y si a grandes rasgos la cosa queda empate entre la regulación que había y la que van a aprobar definitivamente en el pleno municipal de febrero ¿Por qué deberíamos darle importancia?

Porque nos toman por tontas, nos engañan y nos venden caramelos rellenos de » nada» y ese es un juego peligroso en el que siempre gana la política y pierden los animales. Lo único que han hecho es copiar el texto vigente de una ordenanza y pegarlo en otra, pero eso si, vendiendo lo a la prensa y a la ciudadanía como un avance nuevo y de su cosecha. Poniéndose el «pin de los votos». Y cuantos más «pins» se cuelguen, más nos relajaremos en la lucha a favor de los derechos de los animales y menos fiscalizaremos la gestión de estos.

Y si, efectivamente, con este «pin» de las playas no se ven afectados negativamente pero todas sabemos que no siempre es así, que una mala gestión municipal puede costar vidas o desproteger sus espacios.


SI NOS CONFIAMOS GANAN.


Un trabajo colaborativo y positivo de las instituciones, que son los que disponen de las herramientas y los medios, y las organizaciones de Protección Animal que cuentan con experiencia y conocimientos , es fundamental y básico para mejorar la calidad de vida de los animales en el entorno urbano y natural pero para establecer ese vínculo colaborativo deben de dejar de tomarnos el pelo.

QUE TODO EL MUNDO SE ENTERE...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *