Cinco Hocicos: todo nuestro apoyo al veterinario Alfonso Senovilla.
No voy a basarme en parámetros veterinarios, no los creo necesarios para despreciar el sufrimiento y la vejación que se ejerce sobre los animales en los mataderos. No voy a tratar el tema de la calidad del “producto” por ir destinado al consumo humano, no quiero ser de esas personas que justifica cualquier acto, por aberrante que sea, si su finalidad es el beneficio humano. No creo en el “maltrato justificado”. No voy a encubrir, minimizar o acallar ni un ápice de del desconcierto, del pánico, del dolor, de la angustia o del desasosiégo que viven esos animales en sus últimas horas de vida. No voy a aludir a las miradas, los gritos sordos, los jadeos o los gestos de las bestias que parecen tener claro donde van y a que van.
Pero tampoco me voy a quedar callada ante la infamia de atacar a quien aboga por la coherencia, a quién antepone un pequeño gesto de alivio de un animal a sus propios principios, a quien prefiere revivir cada día la peor de sus pesadillas y garantizar una mínima mejora durante su estancia con vida en esas instalaciones de cada uno de los que pasan por sus manos, a quedarse en su casa con el título de “mejor animalista” , que tan bien se ve desde el sofá.
He tenido la gran suerte de entrevistar a Alfonso Senovilla, hablar con él supuso entender la calma, la serenidad, la coherencia y sobre todo la verdadera implicación por querer un mundo sin sufrimiento animal pero agarrando fuerte la realidad de que no sólo hay sufrimiento, si no que además estamos a años luz de conseguir cambiar las pautas de consumo a las que el capitalismo nos tiene encadenados. Pautas que con tal de seguir arraigadas son capaces de pasar sin miramiento alguno por encima de la vida de cualquier ser, sea de la especie que sea.
Cuando hablé con Alfonso Senovilla no me quedó más que pensar que sí que quedan personas de las que merece la pena aprender. Pero ahora leo las distintas críticas que están vertiendo sobre dónde ejerce su profesión, así que me doy de bruces con la otra realidad en la que a los buenos los hacen malos y los tontos gritan más alto.
Una crítica gratuita siempre es fácil de elaborar aunque ataque a los propios intereses de quien la vierte. Desmarcarse o pretender desmarcar a una persona que te está contando una realidad, desde la experiencia y el conocimiento, porque guste o no guste esa es la pordiosera realidad de los animales llamados “de granja” o “explotación”, es la mayor tontería que se puede intentar para afrontar una lucha. Es demostrar una inmadurez digna de un patio de colegio.
Si un partido ejerce una crítica irreal en un mundo real, lo único que demuestra es no tener nada bueno que ofrecer, aún cuando lo que le están poniendo en bandeja es una información crucial para poder empezar a querer cambiar las cosas de verdad.
Sin lugar a dudas es mucho más llamativo figurar en titulares sin contenido en la noticia, que trabajar duro para encaminar la raíz del problema. Y sin lugar a dudas hemos tenido tiempo y ejemplos para comprender que el camino del cambio no es estar al frente en el momento, si no, trabajar duro a lo largo del tiempo con objetivos reales y proyectos estructurados que aunque dan pasos más lentos evidencian que son mucho más firmes y sobre terrenos muchos más estables.
Y como crítica gratuita que es, se coge de la mano con la incongruencia, y para darse cuenta una sólo tiene que echar la mirada un tiempo atrás cuando todos los dedos apuntaban a los empleados de una granja que matan con barras de hierro, espadas y golpes contra la pared a los cerdos y sus lechones o los corderos a los que arrancaron patas, golpearon y mataron sin aturdimiento previo. Como es normal se hizo viral y fue denunciado y condenado por multitud de organizaciones y partidos políticos además del rechazo social generalizado. Lo que deja plasmado el hecho de que consideramos que, a pesar de saber el tipo de sufrimiento que padecen los animales destinados al consumo humano, el trato de las personas que los gestionan todavía puede empeorar mucho más la situación y hacerla más insufrible para ellos.
¿Entonces? ¿Por qué aquellos que condenan y denuncian situaciones como las arriba descritas también condenan y critican a la persona que pretende lo completamente contrario aludiendo que se haga lo que se haga no podrá aportar algo positivo a las últimas horas de esos animales ya condenados? ¿Por qué la sociedad debe creer que si es posible empeorar pero no mejorar mínimamente la situación? Pues no es creíble y lo único que indica es la falta de criterio y los intereses propios es enturbiar la imagen de una persona que, hasta donde yo se, sólo apuesta por el fin del maltrato y el sufrimiento.
Aunque seguro que estos están siendo unos días difíciles de afrontar, Alfonso Senovilla no tiene más que sentirse orgulloso de haber pasado a formar parte de “esa” la cual sólo cuenta con personas que lo único que merecen es admiración, respeto y aprendizaje.
Una lista de grandes.
Una lista de la que sin ir más lejos forma parte, por ejemplo, José Enrique Zaldivar, presidente de AVATMA y el antitaurino más antitaurino que ha pisado tierra. Abucheado y criticado por el colectivo a
nima-lista por incluir la carne en su dieta o hablar de bienestar animal en determinados espacios no deseados para la estancia de animales pero que a sus espaldas queda la prohibición de las corridas de toros en Catalunya , la puesta en evidencia del sector taurino al completo con argumentos demoledores o la dificultad, casi rozando la prohibición, para el desarrollo de festejos taurinos en la autonomía de les Illes Balears, entre otros.
Virginia Iniesta a poco de ser lapidada tras la acusación de el uso de perros en prácticas veterinarias se ve envuelta en uno de esos sinsentido de insultos y falsedades que, menos mal, no consiguen achicarla si no más bien todo lo contrario, hacer resplandecer, más aún si cabe, su sonrisa y trabajar hasta conseguir, por ejemplo, que se apruebe el Proyecto de Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas que pondrá fin a la utilización de animales salvajes en espectáculos circenses en Extremadura. Cuatro largos años de trabajo hasta conseguir uno de esos logros que no dan un paso atrás. Y este es sólo una de las infinitas aportaciones en conseguir un mundo mejor para los animales.
Siendo José Enrique Zaldivar, Virginia Iniesta y Alfonso Senovilla tres miembros de la asociación AVATMA, no puedo dejar de incluir en la lista a Lina Sáez de Antoni, también al frente de todos y cada uno de los logros de la organización.
Leonardo Anselmi, el pragmatismo hecho persona, comunicador por excelencia y, según el mismo cuenta, con la experiencia de haber empezado en el activismo al más puro estilo “en primera línea de batalla” pero criticado y despreciado por no pretender abrir a la vez las puertas de todos los zoos y dejar a sus animales libres por las calles . Anselmi, junto con el equipo de Asoc. Libera! y Fundación Franz Weber, acaban de protagonizar un hecho histórico que de nuevo abre una brecha en el zulo del cautiverio y el abuso de animales en los zoos y delfinarios. El pasado 3 de mayo se aprueba el PROYECTO ZOOXXI en Barcelona, la transformación de unas detestables instalaciones que entrañan lo peor de la raza humana a un espacio inundado de esperanza y libertad. Y esta es solo una gota de los muchos vasos que Leonardo Anselmi ha llenado con sus aportaciones a esta, a veces turbia, lucha de la protección de los derechos de los animales.
Sólo 3 ejemplos, hay muchos más. Muchas más personas en esta lista que demuestran que no avanza más el que más critica si no el que más cercano está a la realidad.
Y lo poco que pude hablar con Alfonso Senovilla me sirvió para advertir que es de esas personas que logran cosas grandes con gestos pequeños y claros objetivos.
Admirable ser capaz de formar parte de aquello contra lo que lucha transformándolo un poco cada día.
Mi enhorabuena Alfonso por haber pasado a formar parte de esa lista de personas que sabe lo que es trabajar para ellos y no por ellos.
MAr Puig.